Número | Cita |
---|---|
9186 | Aconsejamos, pero no inspiramos conductas. |
9187 | Algunos necios suelen tener ingenio, pero ninguno tiene discreción. |
9188 | Amamos siempre a los que nos admiran, pero no a los que admiramos. |
9189 | Apresurarse demasiado a corresponder un favor constituye una especie de ingratitud. |
9190 | Aunque los hombres se jacten de sus grandes acciones, muchas veces no son el resultado de un gran designio, sino puro efecto del azar. |
9191 | Un necio no tiene suficiente tela para ser bueno. |
9192 | Cuando nuestro odio es demasiado vivo nos coloca por debajo de lo que odiamos. |
9193 | Cuando nuestros vicios nos dejan nos halagamos con la idea de que los hemos dejado nosotros. |
9194 | Se perdona en la medida en que se ama. |
9195 | El amor, como el fuego, no puede existir sin una constante agitación. |
9196 | El arte más profundo de un hombre hábil es el de saber ocultar su habilidad. |
9197 | El egoísmo es el mayor de los embaucadores. |
9198 | El hombre prefiere hablar mal de sí mismo que no decir nada. |
9199 | El interés que ciega a unos alumbra a otros. |
9200 | El mayor esfuerzo de la amistad no es mostrar nuestros defectos al amigo, sino hacerle ver los suyos. |
9201 | El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás. |
9202 | El mejor medio de conservar los amigos es no pedirles ni deberles nada. |
9203 | El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que se sería capaz de hacer ante todo el mundo. |
9204 | El silencio es el partido más seguro para aquel que desconfía de sí mismo. |
9205 | El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto. |
9206 | En la adversidad de nuestros mejores amigos siempre hallamos algo que no nos desagrada del todo. |
9207 | En la mayor parte de los hombres el amor a la justicia no es más que el dolor de sufrir la injusticia. |
9208 | En los celos hay más amor propio que amor. |
9209 | En su primera pasión las mujeres aman al amante, y en las siguientes aman el amor. |
9210 | Encontramos siempre fastidiosa la compañía de las per sonas que no nos permiten ser fastidiosos. |