Número | Cita |
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221 | Al trabajo le llaman virtud los que no tienen que trabajar, para engañar a los que trabajan. |
702 | Engañar a los hombres, uno a uno, es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil; por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero. |
815 | El juego es altamente moral. Sirve para arruinar a los idiotas. |
999 | La experiencia no sirve de nada. Los hombres experimentados son como aquellos jugadores que apuntan las cartas que han salido, pero no saben las que han de salir. |
1091 | Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla. |
1406 | Si no pudiesen contar sus enfermedades, hay muchos que no estarían enfermos. |
1883 | El trabajo del verdugo no se sabe ni quién lo comienza ni quién lo acaba. |
4058 | La soledad al morirse es cosa tan desolada, que muchos llamarían a los cuervos para que les hicieran compañía. |
4462 | Al que inventó el alcohol habría que levantarle un monumento. A los tristes los vuelve alegres y a los malos idiotas. |
5281 | La variedad de las pretensiones no tiene fin. Hasta existe quien tiene la pretensión de no tenerlas. |
9357 | Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón. |
9358 | El día que fuese cosa cierta la adivinación del pensamiento se morirían de vergüenza los que la tuviesen. |
9359 | Hay dos maneras de triunfar: causando compasión o produciendo envidia. Pero la envidia es más duradera, porque el envidioso es más constante. |
9360 | La mujer hermosa es un peligro. La mujer fea un peligro y una desgracia. |
9361 | Las mejores cartas de amor están escritas por los que no están enamorados. |
9362 | Los que sin ton ni son ostentan condecoraciones son como tiendas de poco género, que todo lo ponen en el escaparate. |
9363 | Si el jugador ganara siempre ya no llamarían vicio al juego. |