Número | Cita |
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9 | Aquel que sigue los impulsos de su naturaleza es el que al final paga. |
126 | Los hombres prudentes saben labrarse siempre un mérito de lo que la necesidad les fuerza a hacer. |
1115 | Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que tú eres. |
2495 | Hay tres especies de cerebros: unos entienden por sí mismos, los segundos disciernen lo que otros entienden, y los terceros no entienden ni por sí mismos ni por otros; los primeros son excelentísimos, los segundos excelentes, los terceros inútiles. |
2580 | La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad. |
2757 | Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten. |
2916 | En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que de él surja otro. |
3315 | Para predecir lo que ha de suceder, antes hay que observar lo que ha ocurrido anteriormente. |
4065 | Los hombres son tan simples, que el que quiere engañar siempre encuentra alguno que se deja. |
5228 | En un gobierno bien instituido, las leyes se ordenan según el bien público, no según la ambición de unos pocos. |
8116 | Cuando uno ha sido buen amigo, encuentra buenas amistades aun a pesar suyo. |
8117 | El cielo, el sol, los elementos, los hombres, han sido siempre los mismos. |
8118 | El ejército debe estar en ejercicio constante para que los soldados no tengan tiempo de pensar en cosas que los hagan sediciosos e inútiles. |
8119 | El fin justifica los medios. |
8120 | En general los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver pero pocos comprenden lo que ven. |
8121 | Engáñanse muchas veces los hombres creyendo que la humildad vence siempre a la soberbia. |
8122 | Las viejas ofensas no se borran con beneficios nuevos. |
8123 | Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio. |
8124 | No castigues nunca a la fiera que no puedas aniquilar. |
8125 | No te enfrentes con el poder si no tienes la seguridad de vencerlo. |
8126 | Si hay que ofender a alguien, debe hacerse tan severamente como para no necesitar temer su venganza. |